sábado, 4 de mayo de 2013

FRIXUELOS O CEREIXOLOS

Dedicada a mi abuelo, que se moría por ellos.

En mi tierra hay un refrán que dice: "sábado cereixoleiro, domingo llardeiro, lunes gordo y martes antroiro". Es típico de carnaval hacerlos ese sábado para ir abriendo boca al reventón del martes y preparar el cuerpo a la cuaresma. Aunque reconozcámoslo, están tan buenos que los hacemos todo el año.

Estas son medidas aproximadas. Yo las cantidades las echo según necesidad dependiendo del número de huevos que utilicemos. El truco está en añadir la harina. Debe quedar una masa líquida y sin grumos, parecida a los yogures líquidos.
Si vemos que se nos pega demasiado en la sartén, es posible que tenga mucha leche en proporción. Lo ideal sería añadir un poquito más de agua y harina. Si vemos que se nos hacen agujeros al echar la masa en la sartén, es que lleva mucha agua: habría que añadir un poco de leche y más harina. No pasa nada si lleva huevos de más. Sólo que sabrán algo más fuertes.
No deja de ser una masa muy parecida a los buñuelos, las chulas gallegas o a la de los paparajotes murcianos. Simplemente cambian un poco las medidas de los ingredientes.

Hacer cereixolos, es pesado porque cada uno lleva muy poca masa. Con el tiempo, cogerás soltura; utilizarás dos sartenes y cada vez... más grandes. Pero merece la pena. Es superfácil, super económico y a todos gustan.

Ingredientes:

- 3 huevos
- 1 vaso de leche
- 2 vasos de agua
- una pizca de sal
- harina (aproximadamente 250 gr.)
- azúcar
- saborizante al gusto. Hay quien prefiere ralladura de limón, canela, coñac, vainilla... pero mi favorito sin duda es el anís.


Preparación:


1. Batir los huevos. Añadir los ingredientes uno a uno mientras se baten dejando para el final la harina. Recuerda que debe quedar con una textura como de yogur líquido. Yo lo compruebo metiendo el cacillo en la masa y dejando caer el chorro.

2. Calentar bien la sartén con una gota de aceite. Echamos un cacillo de masa. Dependiendo de lo grande que sea la sartén, necesitaremos echarlo entero o sólo parte. Mi abuela decía, que cuanto más finos eran, mejor cereixoleira. Para ello, vamos moviendo la sartén con una mano mientras que con la otra dejamos caer poco a poco la masa hasta cubrir el fondo completamente.
 En cuestión de medio minuto, tendremos que darle la vuelta. Esto es cuando se ve la masa cuajada. Nos ayudaremos con una espátula. La destreza de dar la vuelta en el aire se adquiere con el tiempo, jeje. Por este lado necesitaremos menos tiempo. Ojo, es muy fácil despistarse y que se te quemen.

3. Echamos un espolvoreado de azúcar entre frixuelo y frixuelo para endulzarlos. A medida que hacemos los apilamos sobre el plato.

4. A mi abuelo le gustaban así tal cual, y bien calentitos. Hay quien prefiere echarles un poquito de nocilla, sirope, miel, nata... al gusto del consumidor.



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