En mi casa cuando había exceso de pan, siempre encontramos algo para sacarle partido, y sino, para los animales, porque NO SE TIRA NADA. Puedes hacer pan rallado para rebozados, biscotes y hacer sopas de pan, pan de calatrava... y ¿por qué no? Torrijas.
En mi casa cuando hay prisa, la leche la usamos al natural y ya está. Pero si a ti te gustan los aromas, puedes hervir la leche con una cucharada de azúcar, una ramita de canela y cáscara de limón. Les darán un toque extra muy satisfactorio.
En la zona del occidente asturiano, muy cerca de nuestros primos hermanos gallegos, esta torrija también se le llama Rabada (de rebanada). Dependiendo lo goloso que seas, al sacarlas le echarás más o menos azúcar. Yo te explicaré mi forma, que es la que mas se asemeja a la que en casa se hacía. Ni queda empapadotas de leche (hay veces que las torrijas parecen pan de calatrava) pero jugositas.
Ingredientes
- Pan del día anterior (1/4 de barra)
- 3 huevos
- 1/2 vaso de leche (sola o aromatizada)
- un plato con azúcar
- aceite para freir
Preparación
1. Cortar el pan en rebanadas de unos 2-3 cm de grosor.
2. En un plato batir los huevos y añadir la leche. Revolver. Poner el aceite a calentar. Hay que controlar que no esté demasiado caliente y debe estar en abundancia, para que la rebanada no toque el suelo de la sartén ni se tueste.
3. Sumergir cada rebanada por cada lado unos segundos en el huevo y acto seguido freír. No tardará mucho en freírse. Estar atento que no quemen y voltear. Escurrir en un plato con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.
4. No esperar demasiado a que enfríen, y voltear cada lado de la torrija sobre el plato con azúcar. Sacudir para retirar el exceso de azúcar y emplatar.
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